La noción de cuerpo a través del dibujo
Para el niño, el dibujo es un medio de expresión
privilegiado. Es a la vez una actividad sensoriomotriz y lúdica ligada a las
posibilidades de expresión gráfica (prensión, coordinación, etc.) y un idioma
más fácil de someter a su fantasía que la palabra.
Por otra parte, el dibujo deja una huella afirmándose como
un resultado, mientras que las palabras se desvanecen inmediatamente.
LAFON nos decía que gracias al dibujo el niño "se hace con
los objetos, las personas o situaciones llevándolas tranquilamente a su medida
de creador omnipotente".
En este sentido, todos los observadores están de acuerdo en
reconocer que la función gráfica es una función natural íntimamente relacionada
con toda la personalidad del niño, es decir, nivel de desarrollo general,
conocimiento de sí mismo, afectividad, etc., y así se han diseñado métodos para
utilizar el dibujo para explorar la personalidad infantil.
El más interesante y conocido es el test de Fl. Goodenough,
el cual es una prueba simple que interesa al niño y tiene una satisfactoria
correlación con los demás test de inteligencia. Si bien es utilizada comúnmente
como un test de desarrollo mental, hay que decir que presenta otros aspectos muy
interesantes, pues el dibujo de la figura humana se relaciona con el
conocimiento que el niño posee de su propio cuerpo, afirmando diversos autores
que es la expresión del esquema corporal.
Así, podemos decir que, en realidad, existen unos nexos
entre la evolución del esquema corporal: consciencia y control del cuerpo
propio, independencia segmentaria, independencia izquierda -derecha, etc., y
ciertas manifestaciones de la inteligencia, tales como la expresión verbal y
gráfica, capacidades de atención perceptiva, orientación y organización en el
espacio, etc.
Además, aunque es cierto que cuando el niño dibuja una
figura humana lo hace relacionándola consigo mismo; lo que se le solicita
representa, de todas maneras, algo del exterior. Con más razón aún, cuando se le
pide al niño un hombre y se le guía -lo que es un hecho corriente-, el resultado
no puede ser nunca una educación del esquema corporal, puesto que parte del
exterior, mientras que la educación debe partir de vivencias.
Lo que sí parece cierto es que hasta la edad de 5-6 años,
si no ha habido una educación metódica, el niño dibuja la figura del hombre
basándose en el conocimiento que tiene de su propio cuerpo. A partir de los 5-6
años es probable que intervengan otros factores, tales como la observación,
memoria, afición y entrenamiento del dibujo, estereotipos, etc.
En cuanto al dibujo que los niños y niñas realizan de sí
mismos, podemos decir, en primer lugar, que el dibujo del cuerpo humano es la
fiel traducción gráfica de una vivencia corporal, lo cual se ha comprobado
muchísimas veces en diferentes casos y situaciones. Recordando palabras de P.
SCHILDER refiriéndose a la imagen corporal, podemos afirmar que "los dibujos que
los niños hacen les satisfacen plenamente, lo que hace pensar que la manera en
que ellos representan la figura humana refleja el conocimiento y experiencia
sensorial que ellos tienen de la imagen del cuerpo. Expresan así, al menos la
imagen mental que ellos tienen del cuerpo humano y la imagen del cuerpo humano
es imagen mental al mismo tiempo que percepción".
Otro hecho que demostraría que el dibujo del cuerpo es un
dibujo de sí mismo, sería el que los niños nacidos ya enfermos trazan unos
dibujos en los que siempre se observan rasgos de su enfermedad.
En definitiva, podemos decir, de acuerdo con VAYER, que el
dibujo de la figura humana es un test de nivel mental, pero afectado de algunos
defectos (estereotipias en particular). Por el contrario, el dibujo de sí mismo
hace intervenir los factores personales a través de la integración de la imagen
del cuerpo, resultando por ello la expresión gráfica de esta imagen del cuerpo.
La distorsión de la imagen corporal
Inseparablemente ligada al concepto de esquema corporal se
encuentra la noción de imagen corporal. Seguramente, con frecuencia utilizamos
estos dos términos como sinónimos y pensamos que el esquema corporal es como una
especie de "muñeco en miniatura" igual a nosotros mismos que existe en nuestro
pensamiento y sobre el que podemos identificar y situar a cada uno de sus
elementos. Esto es la imagen corporal, que ha sido ampliamente estudiada a
través de la representación gráfica en el dibujo de la figura humana. El esquema
corporal sobrepasa la noción de imagen y se asienta en la conciencia de sí
mismo. No se trata de un concepto de unidad como integración de partes
corporales, es el eje de la organización de la propia personalidad, lo que
mantiene la conciencia, la relación entre los diferentes aspectos de uno mismo
(Berruezo, del Barrio, García Núñez; 1993).
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